En momentos difíciles como pueden ser los tratamientos de reproducción asistida es fundamental que los profesionales desarrollen su parte humana, el poder estar al lado de la persona, el empatizar, el ponerse en el lugar del otro y escucharla/o. A veces unos minutos más en consulta, poder aclarar las dudas que se llevan dentro rumiando durante días, o una pequeña broma para sacar una sonrisa..., son pequeños detalles que pueden llegar a sustituir a algunos medicamentos. Lo que podría ser un camino fangoso podríamos hacer que se convirtiera en un camino de pequeños charcos. Y a esto puede ayudar nuestra humanidad.
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